Llueve el cielo en Santiago.
El infinito ruge para hacernos sentir que está vivo, que está ahí,
siempre y para siempre.
El infinito ruge para hacernos sentir que está vivo, que está ahí,
siempre y para siempre.
Llueven las ideas,
llueven las luces y los autos por estas calles colapsadas.
Llueven también las sonrisas de los niños chapoteando.
llueven las luces y los autos por estas calles colapsadas.
Llueven también las sonrisas de los niños chapoteando.
Llueve en un día viernes,
con la belleza de su fuerza
en un café de Paris,
con las manos sobre la mesa y olor a reencuentro,
sabor a sabiduría.
con la belleza de su fuerza
en un café de Paris,
con las manos sobre la mesa y olor a reencuentro,
sabor a sabiduría.
La belleza de pensar,
la belleza en su más puro estado de ánimo.
la belleza en su más puro estado de ánimo.
Las gotas en la ventana.
El escenario enciende sus luces,
todo se dispone,
la vida sobre las tablas,
la danza delante del telón,
sin abismos.
todo se dispone,
la vida sobre las tablas,
la danza delante del telón,
sin abismos.
Música y frío.
Naranjo, el cielo de naranjo,
los minutos en naranjo,
sopaipillas.
los minutos en naranjo,
sopaipillas.
Llueven las ganas,
mojados en pintura,
empapados en ilusión,
salimos a caminar la belleza,
ese espacio tan esquivo.
mojados en pintura,
empapados en ilusión,
salimos a caminar la belleza,
ese espacio tan esquivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario